martes, 31 de enero de 2017

Breves - Enero 2017





Conferencia: La Mujer en la Sociedad Árabe


La conferencia, seguida de una mesa redonda, tendrá lugar el próximo miércoles 25 de enero, a las 18:00 horas, 
en la Biblioteca de Retiro Elena Fortún (Doctor Esquerdo, 189).




Ni ellas musas, ni ellos genios


Este es el título del ciclo de conferencias que se inicia el lunes 16 de enero en CaixaForum, en el que las biografías de algunas célebres parejas de artistas o intelectuales servirán para reflexionar sobre cuestiones de gran alcance, y en absoluto resueltas, en torno a la creación, la historia y la desigualdad entre los sexos.


Muy interesante el artículo "Las Genias y sus Musos" relacionado con esta noticia, que encontrarás en el enlace:



Servicio de Promoción de la Igualdad - Programación enero 2017




La Biblioteca de Mujeres de Madrid


La Biblioteca de Mujeres es una biblioteca especializada creada en 1985 por Marisa Mediavilla Herreros, feminista, bibliotecaria y documentalista. Cuenta con un valioso patrimonio cultural formado durante 30 años con los desvelos de muchas colaboradoras, y es miembro de la Red de Bibliotecas y Centros de Documentación de Mujeres.

Si te interesa conocer más aspectos sobre la Biblioteca de Mujeres de Madrid, como los objetivos, los volúmenes que la componen, o cómo acceder a su fondo documental, visita el enlace:

http://diarium.usal.es/frias/2017/01/08/la-biblioteca-de-mujeres-de-madrid-como-acceder-a-su-fondo-documental/



lunes, 9 de enero de 2017

Acabar con la brecha de género en las pensiones


Uno de los grandes debates políticos, sociales y económicos que se han de hacer en 2017 en nuestro país es el que se refiere a las pensiones y la reforma de la Seguridad Social. La razón es que el actual sistema público de pensiones, basado en el reparto y la solidaridad intergeneracional, está en peligro en un futuro no lejano, si se siguen acumulando déficits de la Seguridad Social, agotando la “hucha” o fondo de reserva de las pensiones, y perdiendo los y las pensionistas poder adquisitivo cada año con esa subida del 0,25%, muy inferior a la subida del IPC. La erosión del sistema de pensiones por las actuales políticas irresponsables acabaría con uno de los pilares del estado de bienestar y llevaría a la pobreza a millones de personas mayores, hombres y mujeres, que ya no son capaces de buscar otros ingresos para vivir con un mínimo de dignidad.

En el caso de las mujeres, el problema es mucho más acuciante e injusto, debido a la brecha existente entre sus pensiones y las de los hombres, que actualmente es un 38% de media más baja en las pensiones de las mujeres. En este artículo vamos a hablar de cómo se podría resolver esta desigualdad sangrante.

Cómo se ha creado la brecha de género en las pensiones

La brecha existente del 38% entre la cuantía de las pensiones de los hombres y las mujeres es desorbitada, muy injusta y también superior a la brecha salarial (24%), asimismo muy injusta. Además, la desigualdad de género se aumenta con la edad de las mujeres pensionistas: en 2016, entre 65 y 74 años de edad la brecha era del 34,3%; entre 75 y 84 años de edad, del 40,2%; y con 85 años y más, del 57%.



Estos datos denotan que, aunque las mujeres tengan una expectativa de vida mayor que los hombres, cuanto más aumenta su edad más riesgo hay de que sean pobres, lo que hace más verdadero que nunca aquello de que la pobreza en España tiene rostro de mujer, y más cuanto más mayor es. ¿Cómo se puede vivir dignamente a la edad de 85 años con pensiones medias de unos 650 euros, si solo el coste de la energía se lleva un 15% de su pensión?

La desigualdad se nota también en que las mujeres son las perceptoras de ocho de cada diez pensiones asistenciales. Son las más bajas porque las reciben quienes no han cotizado nunca o las cotizaciones de su vida laboral no alcanzan los mínimos para recibir una pensión contributiva. Así se llega a que una de cada tres mujeres pensionistas reciben pensiones mínimas. Estas son sin duda las más probables candidatas a la pobreza extrema, sobre todo si son muy mayores y viven solas.

¿Por qué se produce tan enorme desigualdad en las pensiones de las mujeres? Las causas son bien conocidas y constituyen un exponente claro de la injusticia que nuestra sociedad está cometiendo con ellas. Veamos solo tres conjuntos de causas más evidentes, sin entrar en el detalle de los datos que excede las posibilidades de este artículo. (Los datos se pueden consultar  en los estudios que se citan al final):
  • En la presente generación de mujeres jubiladas, estas sufrieron una primera discriminación educativa y de formación cuando eran jóvenes, lo que les impidió tener la misma cualificación profesional que los hombres para acceder al mercado de trabajo. Un dato que lo explica es que solo una de cada tres mujeres jubiladas tienen educación superior, mientras que dos de cada tres hombres, sí la alcanzaron. La diferencia de género aún es más sangrante en cuanto a la alfabetización que recibieron: Solo el 24% de los hombres jubilados son analfabetos, mientras que el analfabetismo alcanza al 75% de las mujeres jubiladas. No cabe duda que esta gravísima discriminación educativa se ha corregido en las mujeres jóvenes, pues hoy hay más tituladas superiores que hombres, aunque no en las profesiones con más salidas laborales, por mantenerse aún estereotipos respecto a las profesiones. Pero las mujeres mayores de la actual generación sufrieron todo el peso de los prejuicios respecto a la educación y su futuro profesional, lo que ha impedido su incorporación al mercado de trabajo.
  • Los roles tradicionales atribuidos a las mujeres que las orientan hacia las tareas del hogar y el cuidado de las personas de la familia, más los períodos de excedencia para cuidar a sus hijos, han hecho que las mujeres tengan una vida laboral más corta. Esto les ha perjudicado severamente a la hora de su jubilación. No solo perciben pensiones más bajas, sino que como media tienen que jubilarse dos años más tarde que los hombres para completar su período mínimo de cotización para recibir pensión contributiva. La sociedad no les ha reconocido su trascendental aportación a la economía y al bienestar de la población. Incluso podríamos decir que les ha castigado por ello.


  • La gran brecha salarial que las mujeres aún sufren derivada de las citadas discriminaciones y otras, como la mayor temporalidad de sus empleos, jornadas parciales, mayor desempleo, empleos en sectores peor retribuidos y dificultad de acceder a puestos directivos, les ha reducido a niveles más bajos de cotización a la Seguridad Social, lo que ha aminorado de forma escandalosa la cuantía media de sus pensiones en relación con las de los hombres.


La igualdad de las pensiones de mujeres y hombres, un objetivo alcanzable 
aplicando políticas adecuadas

La actual desigualdad de las pensiones de hombres y mujeres se ha generado a lo largo de muchos años de discriminación. Por ello es un objetivo prioritario de lucha en los próximos años, hasta obligar a cambiar las políticas que han causado esta catástrofe. Si seguimos sin hacer nada y al ritmo que avanzamos  tardaríamos 118 años en cerrar esta brecha, si atendemos a los datos que se desprenden de un informe del Foro Económico Mundial. No podemos esperar tanto, ni mucho menos. La igualdad es un objetivo alcanzable a medio plazo si hay voluntad política y acuerdo social. En menos de una generación hay que cerrar completamente esa brecha tan penosa para las mujeres. Para ello vamos a reivindicar otras políticas, que resumimos a continuación.
  1. Es preciso, en primer lugar, aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral hasta conseguir tasas de actividad similar a las de los hombres. Los países socialmente avanzados lo han conseguido. ¿Por qué nosotros no? Para ello es preciso tomar una serie de medidas, entre las que la educación y formación siguen teniendo mucha importancia, especialmente en lo que concierne a la orientación profesional para que las jóvenes se incorporen al empleo y elijan carreras profesionales con mejores salidas en el mercado de trabajo, al margen de los estereotipos profesionales existentes. La mayor presencia de las mujeres en el mercado de trabajo ayudaría, a su vez, a resolver los problemas de ingresos de la Seguridad Social, y aportaría un caudal de recursos humanos extraordinario a la economía, como aconseja el Libro Blanco sobre las Pensiones de la Comisión Europea.
  2. Urge cambiar la legislación que permita la verdadera corresponsabilidad familiar y el equilibrio trabajo-familia de una forma más equitativa entre hombres y mujeres para que las mujeres no pierdan oportunidades laborales ni años de cotización a la Seguridad Social. En este punto, las medidas que se pueden tomar son numerosas, como alargar el periodo de excedencia de maternidad-paternidad, pudiendo compartirlo ambos miembros de la pareja, acortar los horarios laborales, crear una oferta suficiente de escuelas infantiles para 0-3 años gratuitas o de precios asequibles a todas las familias, poder contar con periodos de excedencia para cuidado de personas dependientes manteniendo la cotización a la Seguridad Social a cargo de los presupuestos públicos, reconocer el tiempo de excedencias para maternidad y cuidados a efectos de años cotizados para la jubilación, etc. Este conjunto de medidas han de responder a un plan político global, pactado entre los grupos políticos y sociales en el marco de Pacto de Toledo. Han de estar orientadas a garantizar la igualdad en el menor plazo posible. Sin improvisaciones como el reconocimiento de un 5% a un 10% de tiempo más a las madres según el número de hijos, que aprobó sin consenso el gobierno el pasado año electoral, mientras que este mismo gobierno había dejado de pagar las cotizaciones de muchos miles de mujeres cuidadoras de personas dependientes, según prevé la Ley de Atención a la Dependencia.
  3. El anterior conjunto de medidas va unido a una derogación imprescindible de la actual reforma laboral, que ha permitido la devaluación de los salarios y cotizaciones a la Seguridad Social del conjunto de los trabajadores, y que impide  garantizar el ingreso y la sostenibilidad del sistema de pensiones públicas.
  4. Finalmente, es urgente garantizar un ingreso mínimo suficiente para una vida digna de todas las personas que no tienen otras posibilidades de ingresos. La subida de las pensiones mínimas por encima del IPC cada año es algo que contribuiría a lograr este objetivo. Esta medida favorecería especialmente a las mujeres mayores solas, que son la parte de la población más desfavorecida por carecer de pensiones o no tener más que las pensiones mínimas.
El año 2017 se inicia con una mala noticia para los y las pensionistas, que pierden poder adquisitivo. Mal comienzo para los nueve millones de personas que viven de sus pensiones. Mal camino también para cerrar la brecha de género en las pensiones. Es imprescindible que, a la vez que nos comemos las uvas de 2016, hagamos un propósito serio de empezar a cambiar sin pausa esta injusta situación a partir de 2017. Las mujeres tenemos que desempeñar un papel imprescindible en esta lucha contra la reforma de las pensiones, el cambio de modelo y la búsqueda de una salida política a la crisis, ya que tenemos mucho que aportar. La lucha política por la igualdad en este punto, es inaplazable.

Angelines Herrero. Presidenta de la Asociación Mujeres Progresistas de Retiro. 

Fuentes:

Datos estadísticos sobre las pensiones por edad y sexo:

Informe sobre las mujeres mayores en España:
Mercado de trabajo de las mujeres españolas 2016:
Corresponsabilidad y conciliación de la vida personal, familiar y laboral:
Cuidado de personas dependientes (niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores):

sábado, 7 de enero de 2017

Entrevistamos a Encarna Carmona


07/11/2016: HABLAMOS CON ENCARNA CARMONA SOBRE LOS VIENTRES DE ALQUILER


Nuestra Asociación ha considerado necesario recurrir a la opinión de una jurista experta en materia de igualdad ante las noticias que han venido apareciendo en los distintos medios acerca de casos de hombres, famosos o no, que habían accedido a la paternidad por la vía de la subrogación, lo que se conoce comúnmente como “vientres de alquiler”.

Soledad Andrés, compañera de la Asociación, ha entrevistado a Encarna Carmona, profesora de la Universidad de Alcalá de Madrid, Doctora en Derecho Constitucional y experta en género. Agradecemos de antemano su disponibilidad.

Pregunta: Comencemos por la definición: la maternidad o paternidad por sustitución, o subrogada es el “proceso mediante el cual una mujer ofrece su útero para que se le transfieran embriones de otra pareja que, bien por problemas de fertilidad u otras cuestiones, deciden recurrir a esta técnica para concebir la vida de su propio hijo”: ¿es correcta?.
Respuesta: Sí, de acuerdo en principio. Es un concepto complejo.

P. Siendo así, ¿dónde estaría, en tu opinión, el problema derivado de esta nueva forma de acceso a la maternidad y a la paternidad?
R. Estamos ante un problema que, aparentemente, generaría un conflicto de entre dos derechos fundamentales; el derecho al ejercicio de la maternidad y la paternidad y el de la mujer gestante. Pero no tendría por qué suceder si no hubiese ánimo de lucro en el acuerdo entre las partes. En España ha habido casos en los que la gestante era amiga, o familiar incluso, de quienes querían ser madres o padres. Entiendo que en estos casos la decisión que toman todos los implicados no es criticable, siendo consecuencia de una elección libre que beneficiaría a todos.

P. Entonces, ¿en qué medida cambia la situación cuando la mujer gestante acepta una contraprestación económica por la prestación del servicio?
R. En estos casos inciden dos factores de orden psicológico y social, más allá, si se quiere, de las fronteras del derecho, pero en donde éste tiene también su lugar. Me explico.
En primer lugar, debe tenerse muy claro que el ejercicio de la autonomía (en este caso, de la mujer gestante) no justifica cualquier cosa, ni cualquier decisión. Como en otros ámbitos del campo de lo social y lo moral, es preciso comprender la vulnerabilidad económica, y emocional, de las mujeres que aceptan un pago a cambio de prestar su vientre, su cuerpo al servicio de los intereses de terceros. En este sentido, es interesante recordar que en psicología no se admite la supuesta separación entre mente y cuerpo, entre mente y conducta.
En cuanto al segundo argumento, la pregunta que hay que hacerse es de qué autonomía estamos hablando cuando existe la necesidad de cobrar por el servicio. No es difícil suponer que son mujeres con la autonomía disminuida debido posiblemente a su debilidad económica, a la ausencia de otros recursos para la supervivencia. Con un sencillo ejercicio de empatía, poniéndonos en el lugar de estas mujeres, podemos imaginar en el alto coste emocional, además del físico, que supone engendrar un feto, sentir su desarrollo en el propio vientre, asumiendo al mismo tiempo el desprendimiento inmediato del bebé tras el parto con quien ya se han creado fuertes vínculos afectivos. Las mujeres que han, que hemos sido madres, entienden muy bien de qué estoy hablando. Así resulta fácil entender que es un ejemplo de transacción comercial basada en la cosificación del cuerpo de la mujer. Una vez más.

P. Parece un argumento semejante al que se utiliza para desaconsejar la legalización de la prostitución…
R. En el caso de la prostitución también encontramos un intercambio de “servicios sexuales” por dinero. Las estadísticas muestran que la inmensa mayoría de mujeres que ejercen la prostitución no lo hacen por decisión propia. De hecho, por eso existen las redes de trata de mujeres, que las captan con engaños o violencia para después explotarlas sexualmente. El número de mujeres que ejercen la prostitución “voluntariamente” es mínimo, irrelevante, en comparación con las que, de una forma u otra, lo hacen bajo coacción o amenazas, cuando no en régimen de esclavitud. E, incluso en aquellas que lo hacen “voluntariamente” habría que investigar su situación personal de vulnerabilidad, bien económica, bien por haber sido víctimas de abusos sexuales en la infancia. Las relaciones sexuales pertenecen al ámbito más íntimo de la persona. Cuando se llevan a cabo por dinero hay que ver si no hay detrás una situación de vulnerabilidad. Además, en la inmensa mayoría de los casos las prostituidas son mujeres. Esta situación reproduce un esquema de dominación masculina, un esquema machista en el que los hombres tienen unas “necesidades” que algunas mujeres tienen que satisfacer.

P. Recientemente, los medios de comunicación han difundido noticias relacionadas con los llamados “vientres de alquiler”, dándole una amplia difusión. Es el caso de personajes de actualidad, y de otros. Aunque su influencia pueda ser un paso importante en la construcción de una opinión pública favorable respecto a este asunto, nos preocupa más la reciente sentencia del Tribunal Supremo que establece condiciones de igualdad entre la maternidad subrogada y la natural que reconoce el derecho al cobro de las prestaciones por baja maternal de la Seguridad Social. ¿No animará a quienes puedan planteárselo como alternativa real a la maternidad, más teniendo en cuenta que esta sentencia unifica doctrina? ¿Puedes valorar sus repercusiones desde el punto de vista del derecho?
R. La concesión del permiso de paternidad a los padres por gestación subrogada puede consolidar una práctica que vulnera los derechos humanos de las mujeres gestantes. Aunque haya una legislación que lo prohíbe, si se siguen otorgando derechos, se está violando aquella prohibición. Los jueces no deberían actuar contra el legislador en esta cuestión tan compleja, que necesita de una normativa ampliamente consensuada entre todos los agentes sociales, incluidas las asociaciones de defensa de los derechos de las mujeres.

P. Uno de los casos en los que el Supremo se ha pronunciado favorablemente a este respecto es el de un varón español que acordó un tratamiento de reproducción asistida por medio de maternidad subrogada usando esperma propio. El resultado del embarazo fueron dos bebés, asumiendo la madre gestante que el varón se hiciese cargo exclusivamente de “todas las funciones y obligaciones que se derivan de la patria potestad”. Además del problema de que en India está legalizada la transacción y en España no, con lo que supone a efectos de inscripción del menor en el Registro Civil, resulta llamativo el recurso a un país de los más pobres del mundo, en donde las desigualdades sociales se manifiestan, además, en la brecha de género: las mujeres, pobres entre los pobres. ¿Cómo encaja alquilar a mujeres cuyos vientres son “baratos” desde la confortabilidad económica de la clase media occidental?
R. Es cierto que hay países en los que está legalizada y otros en los que no. En el nuestro no lo está. Y a pesar de que en numerosas ocasiones la prensa lo presente bajo titulares de la necesidad de aceptación social de todo tipo de familias, por tanto, propio de sociedades abiertas y progresistas, pienso que debe seguir así, ya que en el centro de ese razonamiento persiste la idea retrógrada que he comentado más arriba: la cosificación de la mujer como objeto de consumo. Falso progresismo, nefasto “avance”, por tanto.
Dicho esto, centrándonos en el caso de que me hablas, India parece haber sido, en efecto, un destino favorito de los occidentales para esta práctica. No obstante, parece que en 2015 el Tribunal Supremo de este país solicitó la modificación de la ley que lo permitía, derivada de una norma de 2013, de tal forma que ahora únicamente sería viable llevarlo a cabo de forma altruista para parejas indias casadas estériles y no para extranjeros.
Aun en el caso de que fuera así, y sería un gran avance, puede muy bien servir como ejemplo de las consecuencias de la legalización: se abre la puerta a una nueva red de negocios que, al amparo de la legalidad, fomentan el abuso de los más desfavorecidos, en este caso, de las mujeres, doblemente perjudicadas en su condición de pobres y pertenecientes al género perdedor.



Encarna Carmona Cuenca es Doctora en Derecho por la Universidad de Alcalá (1991). Actualmente es Profesora Titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Alcalá, Coordinadora del Grupo de Investigación: Centro de Estudios e Investigación para la Igualdad de Género (CEIG) y miembro del Instituto de Derecho Parlamentario (UCM/Congreso de los Diputados). Ha sido Vicesecretaria General de la Universidad de Alcalá (2006-2010) e Investigadora visitante en las Universidades italianas de Turín (1994) y Bolonia (2006) y en el Max Planck Institute for Comparative Public Law and International Law de Heidelberg, Alemania (2011-2012). Es autora de más de cuarenta publicaciones nacionales e internacionales.


miércoles, 4 de enero de 2017

Nos fuimos de cena


Porque nosotras lo valemos…


…un maravilloso grupo de mujeres formado por parte de nuestra Asociación y varias amigas que nos acompañan y apoyan en el trayecto, fuimos a cenar a




Tertulia, diálogo, debate, discusión, muchas risas y cocina muy recomendable.

¡¡¡Seguiremos en 2017!!!